viernes, 11 de octubre de 2019

Avances en el alzheimer


Unos 25 ratones procedentes de Nueva York aterrizaron en el aeropuerto de Madrid un día de junio de 2015, tras un vuelo de siete horas. La neurocientífica Marta Cortés recuerda la excitación de aquella espera. Los 25 animales viajeros procedían de la Universidad Rockefeller, donde ella misma había experimentado con ellos un tratamiento experimental contra el alzhéimer. Y aparentemente funcionaba.



Durante una semana, los ratones aprendieron a utilizar el orificio de la cajita como un refugio para huir de una potente luz exterior. Pero, a medida que pasaban los meses, los roedores con las dos mutaciones humanas asociadas al alzhéimer olvidaban la vía de escape, a menos que se hubieran estado alimentando con el pienso con anticoagulante.
“Se abre una puerta para atacar al alzhéimer de una manera diferente a la que hemos estado intentando hasta ahora”, opina Fuster, también director general del CNIC. La comunidad científica ha subrayado tradicionalmente el papel de dos proteínas en el alzhéimer: la beta amiloide, que se acumula entre las neuronas, y la tau, que forma ovillos en el cerebro. Sin embargo, el cardiólogo recuerda que cuando el psiquiatra alemán Alois Alzheimer publicó el primer caso, en 1906, “definió la enfermedad como vascular, de las arterias que dan sangre al cerebro, pero esto se olvidó”. Para Fuster, es hora de volver a los orígenes de la investigación.
El equipo del CNIC ha utilizado dabigatrán, un fármaco oral que causa menos hemorragias indeseadas que otros anticoagulantes clásicos. El tratamiento con 12 meses de dabigatrán disminuye un 30% la inflamación cerebral y hasta un 50% las formas más tóxicas de la beta amiloide en los ratones, según resume Marta Cortés. Una de las hipótesis es que el anticoagulante mejore la circulación cerebral al evitar microtrombos que dificulten la llegada de oxígeno y nutrientes al cerebro de pacientes con alzhéimer.
Un equipo de EE UU ha anunciado un ensayo de un tratamiento con el anticoagulante con medio centenar de personas con alzhéimer
“Desde la década de 1980 ha habido publicaciones que proponen el uso de la warfarina, un potente anticoagulante, para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, pero nunca se hicieron estudios a gran escala”, apunta Óscar López, director del Centro de Investigación del Alzhéimer de la Universidad de Pittsburgh (EE UU). “La propuesta de usar dabigatrán es interesante e innovadora, ya que este medicamento no tiene los efectos secundarios de otros anticoagulantes y parece tener un efecto sobre las lesiones típicas de la enfermedad en el cerebro del ratón de experimentación. Es un paso adelante”, opina López, que tampoco ha participado en el nuevo estudio.
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